jueves, 16 de diciembre de 2010

Oscar Niemeyr cumplió 103 años

Oscar Niemeyer celebra en activo sus 103 años de vida

«Gustaría de ser recordado como un ser humano, frágil y perplejo ante este extraño mundo, como la mayoría de los hombres», dijo el afamado arquitecto
15 de Diciembre del 2010
Las curvas de hormigón armado están de fiesta, pues el pionero de sus posibilidades constructivas y plásticas, el afamado arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, celebró ayer en activo 103 años de vida.
En medio de una multitud que se agolpaba para conseguir una fotografía con él, con los ojos protegidos por unas gafas de sol y deslizándose en una silla de ruedas empujada a turnos por sus hijos, nietos y bisnietos (todos con un parecido asombroso al patriarca), el genial arquitecto ha inaugurado una de sus dos últimas creaciones: la fundación que lleva su nombre en la ciudad de Niteroi (a 20 kilómetros de Río de Janeiro). A toda prisa, para poder hacerlo con la música de fondo de su aniversario, los operarios todavía terminaban los acabados del edificio repleto de invitados.
Considerado uno de los máximos representantes de la arquitectura moderna mundial, Niemeyer nació en el barrio Laranjeiras, de esta ciudad, un día comoayer de 1907. Se graduó de la enseñanza secundaria a los 21 años y tras casarse ese mismo año con Annita Baldo, decidió trabajar e ingresar en la universidad.
Su carrera profesional comenzó en 1940 cuando conoció a Juscelino Kubitschek, entonces alcalde de la ciudad de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, quien lo invitó a proyectar una iglesia y un casino a orillas del Lago de Pampulha. Lo novedoso de las líneas de esa pequeña iglesia le dio fama en todo el país.
Cuatro años más tarde, Niemeyer resulta, junto a Lucio Costa, uno de los arquitectos fundamentales en el proyecto de creación de la nueva capital brasileña, Brasilia, a petición de Kubitschek, ya para entonces presidente del país.
Sus obras también están en disímiles lugares del mundo, como demostración de su genio universal, siendo uno de los máximos exponentes de la arquitectura moderna internacional.
Tal vez la frase que más defina su trabajo proviene del mismo artista cuando subrayó que «no es el ángulo recto lo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas está hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein».
Y a su genialidad artística, Niemeyer unió una sensibilidad social y política que lo ha acompañado toda su vida. Su visión del mundo se funda en el comunismo, al cual fue fiel durante toda la vida, en tiempos y contratiempos. Pero se trata de un comunismo como valor ético, que se propone rescatar de la sociabilidad humana la capacidad de sentir al otro y de caminar con él como compañero y no como competidor. «Es necesario mirar al otro, ser solidario; las personas que sólo piensan en sus profesiones no ven la pobreza; sólo quieren ser triunfadores». Para él lo importante «no es ser arquitecto, ser especialista, ser mundialmente reconocido. Lo importante es la vida y la amistad. La palabra más importante de mi vida es solidaridad».

Esta solidaridad, especialmente para con los pobres, lo vuelve sencillo, como simples son sus formas arquitectónicas. Vive la verdadera humildad de quien comulga del mismo humus (de donde viene humildad): «todo el mundo es igual; la persona viene a la Tierra, cuenta su pequeña historia y se va».

«Gustaría de ser recordado como un ser humano, frágil y perplejo ante este extraño mundo, como la mayoría de los hombres», acotó.

Museo de arte cotenporáneo


















Catedral de Brasilia























Ministerios de Brasilia

1 comentario:

  1. Además de arquitecto genial y sensible escritor, un ejemplo de coherencia ideológica su vida.
    MB

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