viernes, 29 de octubre de 2010

Excelente nota del amigo JC
Difícil de encarar la tares de hacer un comentario sobre alguien que ha suscitado reacciones tan extremas de amor y odio, como lo ha sido Néstor Kirchner.
Para facilitarme un poco la tarea, voy a despejar el camino diciendo que ni los unos, ni los otros, asumen la realidad sino sus propias ideologías.
No se trataba de una persona que mereciera el odio cerril ni el amor sin barreras que se le dispensó y que ha heredado Cristina. Yo creo que, tanto el odio como el amor, pasaban y pasan por una reivindicación política también extrema.
El antiperonismo vinculado con los grandes primates, que de la mano de la rata, lo más excecrable que pudo producir la política argentina, lo odian porque, con sus más y con sus menos, puso fin a la política de tierra arrasada que ellos inauguraron con la dictadura, de la que fueron cómplices necesarios y beneficiarios, y llevaron a su punto máximo con el riojano. Nada dejaron en pie.
El peronismo K fue lo inverso: utilizó la nueva orientación  y los aciertos logrados en su aplicación para deshechar todo lo que fuera una crítica, por constructiva que pudiera ser, y convertir simultáneamente a la política oficial en perfecta e intocable y a los opositores en enemigos de la causa.
Ni una cosa, ni la otra.
Si uno se sienta apaciblemente a leer los diarios de lo que fue Argentina entre 1989 y 2003 y, desapasionadamente, lo compara con esto que vivimos hoy, la diferencia es sencillamente enorme.
Aquella década comenzó con la más grande y cruel de las mentiras: la revolución productiva y la reivindicación del trabajo. Quienes sabían lo que no había de cierto en esa mentira, desataron una nueva hiperinflación, similar a la utilizada para desalojar a Alfonsín antes de finalizar su mandato, y le facilitaron al mentiroso el argumento que necesitaba para llevar adelante la política que había pactado. Al término de su mandato, se había levantado Puerto Madero, se había vendido YPF, y se había privatizado lo que se podía y lo que no se debía privatizar. Para colmo, como en el caso de los ferrocarriles, se los subvencionó con una suma que era igual a lo que decía que era la pérdida anual del conjunto, pero con el costo adicional de 90.000 trabajadores despedidos, más los que vendrían como resultado de la desaparición de talleres e industrias de suministros. Desaparecieron pueblos creados a la vera de las estaciones, lo que significó además, la quiebra de los comercios que abastecían a los habitantes de esos pueblos. A los embajadores de los EE.UU. se los conocía como los virreyes, en especial a Terence Todman, y el inefable canciller Di Tella inventó la frase "relaciones carnales" para definir lo que pasaba con aquél país.
Como una síntesis emblemática de ese período, quedan, a poca distancia uno del otro, Puerto Madero y la Villa 31, multiplicada por tres.
La nueva elección, trajo una esperanza de la mano de la Alianza, si bien el candidato presidencial no parecía tener uñas de guitarrero. Pero, había un programa que se hizo público, aparentemente obra de Machinea, quien sería el responsable de llevarlo a la práctica, y había nombres que inspiraban esa confianza. 
La insanable estolidez del nuevo Presidente, que venía de la derecha radical pero que, sobre todo, era un incapaz de fuste, convirtió a la esperanza en un desastre y se tuvo que ir con el rabo entre las patas. No cabe ya duda de que los entusiastas muchachos que manejaban entonces esos dos paladines de la democracia representativa, cuales son Duhalde y Barrionuevo, le dieron una mano, o le pusieron el pie, para que se cayera rápido. Y fue el caos.
La Montada al galope por sobre la Plaza de Mayo persiguiendo manifestantes que le pedían al Presidente que se fuera, mientras él se hacía fotografiar en su despacho, mirando hacia el río, como si en él estuviera su futuro, y su mujer se lamentaba porque no iba a poder asistir a la boda de la princesa Máxima .
Y vinieron tres o cuatro presidentes en una semana y todos juraron y perjuraron y todos se fueron y nosotros mirábamos. Y apareció el "llamado por su bravura, El Temido", el que había monitoreado el caos que despidió a todos y lo recibió a él como al Redentor, olvidando la historia que lo acompañaba y a la que no ha renunciado. Y lo trajo a Lavagna de Europa y lo puso en el puesto clave y Lavagna respondió bien. Pero El Temido no se quiso mojar los pies, y supuso que lo volverán a llamar, quizás con la suma del poder público, como a Rosas.
Y las elecciones las gana un casi desconocido gobernador patagónico, llamado por su perfil "El Pingüino", que asume con un escaso porcentaje de votos, que inaugura con un discurso que impresiona, al punto que La Nación, que desde entonces será su acérrima enemiga, le pronostica pocos meses de mandato.
Retratos que se bajan, intocables que se tocan, consejos o imposiciones que se rechazan, deudas que se renegocian o se pagan utilizando reservas que, contra la opinión de los "analistas", se recuperan con rapidez, mercado interno que vuelve, son los datos de una gestión que crea poder para quien no lo tenía, pero no sólo porque supo acrecentarlo, sino porque el país empezó a crecer a ritmos orientales y el caos dejó de ser tal, y fue el día y fue la noche y las estaciones del año.
Los de siempre comprobaron que los pocos meses augurados podían convertirse en largos años ocupados y se lanzaron a una política, si tal puede decirse, de "no pasarás", negando todo lo que podía ser bueno y convirtiendo en catástrofe lo que podía ser malo, pero que nunca fue tragedia.
Recuperar el agua y las alas, hacer que quien quiera ser estafado a través de una AFJP pueda hacerlo voluntariamente pero no entregándole a los buitres los dineros que corresponden al Estado solidario, por más defectos que éste tenga, terminar con el sexo con EE.UU, desalojar a la Corte de los Milagros y reemplazarla por juristas de calidad, unirse a Brasil e integrar el UNASUR, con la fuerza que mostró en la crisis de Ecuador, la reforma educativa, la Ley de Medios, no son logros menores, como no lo es el haber logrado la reconciliación entre Venezuela y Colombia, a punto de irse a las manos.
Se insiste, quizás con más énfasis del que el tema merece, que tenía malos modales, que era agresivo y que llevaba trajes cruzados con mocasines. Es cierto y a veces pudo haberse ahorrado dolores de cabeza, de haber controlado mejor sus impulsos sanguíneos, y creo que eso obedecía a un doble vicio de origen. Por un lado, el peronismo nunca fue respetuoso de ninguna forma, y eso que a algunos les agrada porque es transgresión, no es positivo porque no conduce a nada en un mundo que se maneja con otras pautas. En segundo lugar, haber sido joven en los 60/70 también dejó su marca.
Pero es notable comprobar que quienes más se duelen por esa falta de modales, por esa agresividad, son los que a punta de pistola desalojaron a los Presidentes constitucionales de sus cargos, los llevaron a Martín García o los metieron en un taxi para que se fueran a casa. Eso sí, todos bien vestidos, las botas brillantes, las medias haciendo juego con las corbatas, los trajes de tres botones y los zapatos de Guante. Y son los mismos que directa o por complicidad, hicieron desaparecer una generación de esos que fueron jóvenes en los 60/70.
Las cosas que las señoras tostadas a la lámpara, con anteojos oscuros importados y montadas en 4x4, dijeron cuando la llamada "crisis del campo" fueron una demostración clara de aquello de que el hábito no hace al monje. Fueron capaces de ser soeces y eso no se aprende en una manifestación y fueron capaces de cerrar las rutas inclusive a las ambulancias, siempre con la despectiva sonrisa en los labios, y esos ya no son modales sino conductas delictivas. Y frente a todo eso hay que reconocer que no es fácil mantener la calma. Pero, salir a torear, es peor. Existe un arma que desarma, iirita y vence, que es la indiferencia.
Para qué polemizar con quienes no tienen ningún interés en discutir nada? Para qué salir a la palestra para responder improperios de los medios y de quienes se expresan a través de ellos? Es más racional y produce mejores resultados, ignorar al que ataca y mostrar y explicar al resto lo que es y lo quese hace. Porque, además, hay que tener claro hasta dónde llega el poder que supongo tener. Y pese a que se lo acusó de autoritario, con vocación de dictador, nunca sacú un soldado a la calle para reprimir a nadie, nunca impuso el estado de sitio, no cuenta un solo muerto a lolargo de su gestión.
Pero tampoco se trata de convertirlo en lo mejor de la Historia. Fue el hombre adecuado para el momento adecuado. El manejo de los recursos del sub-suelo, hidrocarburos y minerales, es una muy grave asignatura pendiente, que no se rinde ni se explica por qu'e no se rinde. El inútil conflicto con Uruguay por la pastera Botnia, estimulado por la Rosada y enfrentándonos con un país y con un pueblo que nunca dejaron de ser parte nuestra, fue aberrante. Las políticas industriales, si bien se ha recuperado parte de lo que destrozó el menemismo liberal, tiene idas y vueltas que hacen decaer el impulso y provocan estancamiento. El asunto del INDEC, también tuvo un manejo absurdo, que ocultó la razón de ser del dibujo inflacionario y restó credibilidad a un organismo que es fundamental para la formación de la confianza que facilita los negocios.La recuperación de los ferrocarriles es otra grave materia pendiente, que permite transportar en veinte camiones, lo que se puede llevar en un solo tren, con lo que eso significa en consumo de combustibles, polución, etc.
Y hay más, pero también este es un vicio del peronismo: la Historia tiene que pasar por él para ser validada. Por eso, ningún Presidente no peronista, por más que lo haya intentado, podrá ser considerado nunca como "el mejor Presidente". Sin embargo y sin restarle los méritos que bien ganados se los tiene, podr'iamos hacer un ejercicio de adivinación y pensar qu'e hubiera pasado con nuestra democracia, con el tocar a los intocables y tod lo demás, si en 1983 el vencedor hubiera sido Néstor Kirchner.
Fue un político audaz, convencido y como tal, tuvo aciertos que cambiaron al país como quien da vuelta un guante. Fue, además, un más que activo luchador por la unión de los países de nuestra castigada América Latina. No por nada lo eligieron para presidir el organismo resultante, el UNASUR. Pero, como políticoaudaz y convencido, cometió errores, a veces gruesos, y por eso,  no interesa saber si fue el mejor, porque cada uno tuvo un contexto en el que hubo de desempeñarse y eso le quita sentido a las comparaciones maniqueas.
Y si digo, y ya termino, que el futuro es imperfecto, es porque aunque como sistema no es nada bueno, la posibilidad de la vuelta al poder de N.K. restaba dramaticidad a laspróximas elecciones.
Ahora habrá que ver si su viuda, a quien no le faltan energías, ni capacidad, ni convencimiento, los tendrá suficientes como para encarar un nuevo períodoy,  con el desgaste que conlleva y con el peso de una pérdida como la que tuvo con esta muerte. Además, ya  se van a movilizar los halcones de dentro y fuera del PJ para llegar ellos al sillón, y es dentro del mismo PJ, de la derecha que engendró a Ivanisevich, Ottalagano, Vignes, Menem y cuyos hilos digita Duhalde, donde va a tener que pelear más duro.  Ese debería ser el juego normal y sin sobresaltos, pero, cuando se pasa revista a las monterías, el espectáculo da miedo y la Argentina no puede insistir en su loca elección de destruirse a sí misma mientras los demás avanzan, lentamente ma sempre avanti
JC.

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